CERVANTES, PASIÓN Y LIBERTAD.
“ Lo que te sé decir es que no hay fortuna en el mundo, ni las cosas que en él suceden, buenas o malas que sean, vienen acaso, sino por particular providencia de los cielos, y aquí viene lo que suele decirse: que cada uno es artífice de su ventura”
Una vez más tenemos la oportunidad y el privilegio de realizar un espectáculo en el Real Alcázar, monumento y ámbito perfecto para deleitarnos en la deliciosa y perfumada noche de Sevilla.
¿Cómo mostrar la vida de un excepcional personaje en unos minutos de espectáculo? Hemos creído que lo más conveniente era encaminarse hacia la esencia del personaje: un continuo afirmarse, un continuo afirmarse desde la perspectiva del que se sabe especial y diferente, dotado sin duda de una gran lucidez que le permitió analizar el mundo y la Naturaleza que lo rodeaba embelleciéndola con la Poesía. Cervantes sufre su diferencia, pero su fuerza interior lo hace seguir adelante, como diría Unamuno: “Es el dolor físico… lo que nos revela la existencia de nuestras propias entrañas. Y así ocurre con el dolor espiritual, con la angustia, pues no nos damos cuenta de tener alma hasta que ésta nos duele. El hombre es tanto más hombre, esto es, más divino, cuanto más capacidad para el sufrimiento, o mejor dicho, para la congoja tiene”.
A uno no le queda otra opción que la de identificarse con este personaje, pues en el fondo uno desea hacerlo con los grandes modelos: con su pasión, entendida como una huida hacia delante, huida de los convencionalismos sociales en su vida y de los convencionalismos formales en su obra; la búsqueda de la aventura, en pos de su propio ser, en definitiva, a la conquista de su propia Libertad. En sus personajes se encierra ese mundo libre y que él no nos muestra como cronista de época; sus personajes son filósofos de la existencia cotidiana, creando un distanciamiento que se nos antoja de una tremenda actualidad; Cervantes no es realista, sino vitalista, no rememora con melancolía los tiempos pasados; en su obra no evoca la felicidad originaria, sino a la Libertad perdida:
“ ¡Oh santa edad, por nuestro mal pasada,/a quien nuestros antiguos le pusieron/el dulce nombre de la edad dorada!/¡Cuán seguros y libres discurrieron/la redondez del suelo los que en ella/la caduca mortal vida vivieron!/ No sonaba en los aires la querella/del mísero cautivo, cuando alzaba/la voz a mal[decir su] dura estrella./Entonces libertad dulce reinaba,/ y el nombre odioso de la servidumbre/en ningunos oídos resonaba./Pero después que sin razón, sin lumbre,/ciegos de la avaricia, los mortales,/cargados de terrena pesadumbre,/descubrieron los rubios minerales/del oro que en la tierra se escondía/ ocasión principal de nuestros males,/ éste, que menos oro poseía,/envidioso de aquél, que, con más maña,/más riquezas en uno recogía,/sembró la cruda y la mortal cizaña/del robo, de la fraude y del engaño,/del cambio injusto y trato con maraña./Mas con ninguno hizo mayor daño/que con la hambrienta, despiadada guerra,/que al natural destruye y al extraño./Esta consume, abrasa, echa por tierra/los reinos, los imperios populosos,/y la paz hermosísima destierra…”
También nos identificamos , por qué no, con su libertad interpretativa, que a su vez nos da licencia para interpretar la obra de la autora del texto que nos ocupa: si ella ha hilvanado este traje, nosotros, sus intérpretes, lo hemos pespunteado con la Pasión, motor de la existencia de nuestro protagonista, y la Libertad, eje del pensamiento cervantino, hecho con retazos de personajes que si imaginamos reales es porque el genial escritor los hizo de carne y hueso en su obra, personajes que están vivos por la única razón de que se encontraban en busca de un autor…
Con este espectáculo, la Compañía La Tarasca continua en su proyecto de aplicar las Artes Escénicas a lo que hemos denominado Interpretación Modulada del Patrimonio, contribuyendo, en este año de fastos alrededor de la publicación del Ingenioso Hidalgo hace cuatrocientos años, a homenajear al gran Miguel de Cervantes, príncipe de las letras, inventor de la novela moderna y personaje excepcional, dejando si se nos permite, entreabierta la puerta a la curiosidad por la lectura de su obra.
Ramón Bocanegra
“El que lee mucho y anda mucho,
Ve mucho y sabe mucho”
El Quijote, Miguel de Cervantes