Genius loci deriva del latín, y quiere decir algo así como: “el genio del lugar” y se refiere a la atmósfera particular de un determinado lugar, atributos físicos que le generan una entidad propia que trasciende el aspecto físico, ya que abarca también a la cultura propia del lugar, su arte, su música, su historia...
A partir de un hecho fortuito acaecido en una visita rutinaria al museo, nos veremos transportados al pasado clásico de Hispalis y a los viajeros que por ella pasaron.
Durante el desarrollo de esta disparatada trama, contextualizada en el Siglo I d.c., podremos conocer a viajeros de procedencia heterogénea que coinciden a la sazón en Híspalis, una encrucijada de la Vía Augusta a su paso por la Bética:
Anneo Rufino, un ricohombre cordobés comerciante de aceite, es requerido en Roma para ser proclamado senador de la provincia Hispana; su hijo Petronio, poeta enamorado de Selia, una hermosa bailarina, será el encargado de administrar su hacienda cuando el padre parta a la capital.
Otro de los personajes es un exiliado de la urbe, Anácrites, dueño ahora de la compañía de bailarinas de Gades, que para recuperar su antiguo estatus debe retener a Anneo Rufino en la Bética por mandato de la orden ecuestre, ya que la venida de un hispano a Italia podrá restar poder al monopolio del comercio entre la Bética y Roma.
Esclavos al servicio de sus señores darán otro punto de vista sobre los sucesos; sacerdotisas de Isis en ‘romería’ mostrarán la importancia de la religión en la época; los dioses también introducirán una faceta fantástica a la propuesta.
Humor y amor entre la historia y la leyenda, dentro de una trama algo alocada de corte totalmente latino en la que el público será también protagonista: ¡Genius Loci…!
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ICAS/ AYUNTAMIENTO DE SEVILLA
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EXPERIENCIAS PARA LAS ARTES Y EL PATRIMONIO
MINISTERIO DE CULTURA