La Soledad (de La Roldana)


Adaptación dramática de la novela

“Roldana” de Arsenio Moreno


En los primeros días de 1706 moría pobre de solemnidad Luisa Roldán, La Roldana, quien hubiera sido durante décadas escultora de cámara de Carlos II y Felipe V. Su vida fue un cúmulo de desgracias. Su carácter, que hoy podríamos definir ciclotímico, la expresión bipolar  de un alma bulliciosa que se debate entre la tragedia de sus días y la sensibilidad creativa de una mujer valiente que supo anticiparse a su tiempo como pocas.  

Nacida en el seno de una de las familias más prestigiosas del gremio de la imaginería andaluza, Luisa aprendió el oficio, un oficio de hombres, junto a su padre, el célebre escultor  Pedro Roldán.

Casada sin el consentimiento paterno en circunstancias novelescas, tras un pleito entablado ante el juez provisor de la diócesis, Roldana fue madre de una extensa camada de hijos, que muy pocos supervivieron.

Sus primeros años de matrimonio estuvieron marcados por los primeros trabajos, muchos de ellos realizados de mancomún con su marido Luis Antonio de los Arcos, y la muerte consecutiva de sus primeros cuatro retoños, algo que –sin ser inhabitual para la época-  la escultora debió percibir como castigo inequívoco a su matrimonio nunca sancionado por el beneplácito paterno. Pero es que estos debieron tener razón al enjuiciar a su yerno como un artífice poco hábil y, lo que es peor, persona  poco apegada al trabajo y hombre de carácter débil.

Lo cierto es que Luisa, que como mujer y esposa carecía de capacidad legal para subscribir contratos, debió de hacerse cargo en todo momento de las riendas de su hogar y su taller.

Ante este matrimonio infeliz Luisa continuó viviendo y trabajando en su ciudad, Sevilla, la urbe sumida en la agonía de su irreversible decadencia. Después se trasladó con toda su familia a Cádiz, donde los vientos que corrían eran más benévolos.

Finalmente se estableció en Madrid para ejercer el oficio de escultora de cámara. Era la primera mujer española que accedía a este honor; también sería –en víspera de su muerte- en ser la primera española en ser acogida en la Academia de Virtuosos de San Lucas de Roma.

Pero Luisa murió pobre, hasta el extremo de ser enterrada de caridad, dejándonos su prodigiosa obra. Una obra que sabe hacerse dramática, casi viril, en la representación del dolor, de la pasión, y primorosa en sus deliciosos barros, donde la escultora derrama la dulzura escondida en un corazón maltratado por la vida.




Texto

Adaptación de la novela

“ROLDANA”

de ARSENIO MORENO

por Ramón Bocanegra


intérpretes:

CRISTINA ALMAZÁN

CELIA VIOQUE

MARÍA VAROD

INMA FONT

JUANJO MACÍAS

JUAN LUIS CORRIENTES


Música original

RAFAEL ARREGUI

FERNANDO CLEMENTE

RAMÓN BOCANEGRA


Grabación musical

RAFAEL ARREGUI  (piano)

JOSÉ LUIS TARÍN  (violonchelo)


Diseño de iluminación

y dirección técnica:

CÉSAR PABLO GOZÁLBES


Diseño de sonido:

FERNANDO REYES


Diseño de vestuario:

ANDRÉS GONZÁLEZ

PCM Atelier


Videos:

FRAN RONCERO

Azafrán Producciones


Escenografía:

aLTeReGo


Esculturas:

Miguel Ángel Caballero Pérez


Caracterización y maquillaje:

Sara González

Amparo García


Asesores artísticos:

Francisco José Baena

Blanca González Mengíbar

María Alcáide Romero


Diseño Gráfico:

aLTeReGo


Producción:

CARMEN MONTES

   

Adaptación y dirección:

RAMÓN BOCANEGRA



Agradecimientos:

Paco Pérez

Rocío Arregui

Facultad de Bellas Artes (US)







DOSSIER WEB LA ROLDANA.pdf



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