Fausto, famoso doctor en otros tiempos, regenta una institución decadente habitada por viejas glorias del teatro. Sus compañeros de largas noches en vela pondrán a prueba su espíritu atormentado y en permanente contradicción. Fausto manifiesta con su anhelo de juventud y belleza, con su búsqueda de experiencias nuevas y su falta de respeto por la moral, su profundo deseo de poder alcanzar la divinidad, el deseo de imitar a Dios.
Mefisto le ofrece los placeres del mundo. Sin embargo, el sabio es consciente de que los placeres que le ofrecen no podrán apagar la llama que tiene dentro, no podrán saciar sus deseos de trascendencia y, curiosamente, aquel anhelo que le llevó a la desesperación, será también el que justifique su salvación, puesto que Mefisto no puede apoderarse de su alma mientras Fausto siga teniendo aspiraciones.
Siete actores y actrices y dos músicos se internarán en este sueño de la razón en el que hemos pretendido, con toda la modestia que precisa este reto pero con una audacia fáustica, dar una visión caleidoscópica al mito que de alguna manera marca el comienzo de la edad contemporánea.
Esta nueva aventura de la Compañía LA TARASCA ha sido todo un reto. No solo por haber atravesado el intrincado bosque del texto de Goethe cuya escritura le llevó más de sesenta años de su vida, sino por adentrarnos en un mito que nos ponía en la disyuntiva de su puesta en escena, el estilo más acertado, el punto de vista a elegir.
El proceso de este trabajo de investigación nos ha llevado a un lenguaje heterodoxo en el que la música en directo, el canto lírico, las coreografías e intervenciones corales y una potente interpretación actoral, ha dado como resultado lo que podríamos denominar una ‘comedia profunda’ que se ha nutrido de la opereta cómica centroeuropea, el teatro del absurdo y el teatro gestual.
Un espectáculo que invita a reflexionar a medida que pretende divertir al espectador, que sin duda verá reflejadas sus contradicciones en los personajes que se presentan en este peculiar contexto.